Exfoliación responsable: consigue la piel que quieres de forma segura

En la Cápsula del Tiempo le damos mucha importancia a la exfoliación de la piel. De hecho, puedes comprobar aquí que es el primer paso de nuestro tratamiento.

No obstante, la exfoliación suele ser uno de los pasos del cuidado de nuestra piel que más nos cuesta llevar a cabo. Y es que es muy posible que no suelas hacerlo o que te surjan dudas a la hora de ponerte manos a la obra. Si no tienes muy clara su utilidad, piensa en que para tener una piel suave como la seda, nada como una buena exfoliación corporal o facial.

Sólo hay que elegir un producto que se adapte a nuestro tipo de piel, y adiós a las imperfecciones. Las pieles pueden ser secas, grasas, sensibles o mixtas. Las pieles secas necesitan más hidratación; las grasas, menos; las sensibles más cuidado y las combinadas son una mezcla entre aceitosas y secas, por eso es necesario saber a qué grupo perteneces, porque cada tipo de piel necesita un cuidado específico.

¿Para qué utilizar el exfoliante y cómo hacerlo?

Se debe hacer para dar suavidad a la piel y eliminar las células muertas. Conviene realizarlo sobre pieles de aspecto algo apagado o grisáceas y debe hacerse con suavidad y mediante pequeños masajes circulares sobre la tez ligeramente humedecida, emulsionando el producto exfoliante para darle mayor untuosidad. Se aconseja usar un producto facial específico para la exfoliación del rostro, de gránulos más suaves y menos agresivos y otro para cuerpo, que resultará más rugoso.

¿Qué tipo de pieles NO deben ser objetivo de una exfoliación?

No se debe hacer sobre la piel irritada (por ejemplo, tras tomar el sol o tras un peeling, sea químico o láser) o con heridas. Tampoco es recomendable exfoliar áreas muy delicadas del cuerpo, como pueden ser el escote, los senos o el contorno de los ojos. No es recomendable hacerlo más de una vez por semana en las pieles secas y dos veces en los cutis más grasos.

Y nunca desaproveches la oportunidad que te da un tratamiento de exfoliación para utilizar después una buena crema dermacéutica, ya que sus principios activos penetran mejor y son más eficaces tras un peeling.

El resultado de la exfoliación: una piel aterciopelada garantizada, además de que después de ésta podemos sacar más provecho de las cremas dermacéuticas.