Cuidado de la piel
Los radicales libres son uno de esos conceptos que ya nos suenan familiares en cosmética y que,…
Los radicales libres son uno de esos conceptos que ya nos suenan familiares en cosmética y que, sin embargo, no conocemos tan bien como creemos. Probablemente sabrás de la necesidad de protegernos contra ellos y de la importancia que los antioxidantes tienen para neutralizarlos. ¿Pero qué son realmente y por qué afectan a la salud de nuestra piel?
Los radicales libres son una especie química caracterizada por poseer uno o más electrones desapareados, lo que los convierte en moléculas altamente reactivas. La consecuencia de estas reacciones genera una desorganización en las membranas celulares de nuestro organismo.
Explicado de forma más sencilla, se podría decir que un radical libre es una reacción que tiene lugar en el interior de nuestro organismo y que destruye células, por ejemplo, las de la piel.
Y si bien en cantidades adecuadas, los radicales libres aportan beneficios como la lucha contra bacterias o virus; el problema surge cuando existe una concentración de radicales libres muy elevada.
Los radicales libres son producidos, en la mayoría de células de nuestro cuerpo, por el propio metabolismo en procesos como la asimilación de los alimentos o la realización de ejercicio. Hay diferentes situaciones y hábitos que aumentan la producción de radicales libres y, por tanto, hacen que su concentración sea mayor, llegando a producirse, de forma descontrolada, la situación conocida como “estrés oxidativo”.
Algunos de estos hábitos y situaciones son: la exposición excesiva a las radiaciones solares, la contaminación, el consumo de tabaco y alcohol, algunos compuestos químicos que se utilizan para la agricultura y la ganadería, las dietas ricas en grasas saturadas, los medicamentos o el estrés.
Un exceso de radicales libres en nuestro organismo puede afectar al sistema nervioso o al cardiovascular. A nivel cutáneo, afectará a la salud de la piel favoreciendo el envejecimiento. La acumulación, a lo largo de los años, de los radicales libres, modifica las membranas de las células epiteliales, lo que provoca que nutrir nuestra piel sea mucho más difícil. Las células de colágeno y elastina también se ven afectadas, por lo que la piel pierde firmeza.
Para neutralizar los radicales libres, nuestro organismo recurre a los famosos antioxidantes (moléculas capaces de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas y, por tanto, las consecuencias de los radicales libres). Los antioxidantes son un conjunto de vitaminas, minerales y oros compuestos y enzimas que se encuentran en algunos alimentos (como las verduras y las frutas frescas, los tomates, las naranjas, el atún, los frutos secos o los cereales), pero también en los cosméticos. Algunos de los más populares son las vitaminas A, C, D y E, los betacarotenos, el zinc o la coenzima Q.