consejos de belleza | Cuidado de la piel
Existen muchísimos mitos alrededor de las cremas y fotoprotectores contra las radiaciones del sol. Conviene desmentirlos dada…
Existen muchísimos mitos alrededor de las cremas y fotoprotectores contra las radiaciones del sol. Conviene desmentirlos dada la importancia de proteger nuestra piel todo el año.
El acné no debería ser ninguna excusa para no utilizar protección solar, sobre todo, teniendo en cuenta lo peligroso que puede ser el sol para las marcas y las manchas en la piel. En pieles con acné deberían utilizarse protectores libres de aceites y de textura ligera, pero con un FPS alto.
Existen infinidad de fórmulas resistentes al agua y al sudor, con alta protección, que permiten alargar el tiempo que estamos expuestos al sol. Si realizas actividad física al aire libre es imprescindible la protección contra los ratos UV de rápida absorción para asegurar que la piel va a estar protegida.
Los dermatólogos advierten de la importancia que es utilizar protección solar a diario, incluso en días nublados, tanto en invierno como en verano. Y, por supuesto, cuando vamos a estar tan expuestos como en la playa o en la piscina, hay que aplicar la crema con la piel seca, 30 minutos antes de la exposición solar, y volver a aplicarla después de cada baño.
Para darse rayos no se recomienda utilizar ningún cosmético, pero es muy importante aplicar cremas hidratantes después de las sesiones para evitar el envejecimiento prematuro de la piel y, aunque ya estemos algo bronceados, siempre hay que aplicar protectores solares cuando nos exponemos al sol.
Los laboratorios cosméticos descartan por completo que la protección y el bronceado estén reñidos. Las cremas nos procuran un bronceado seguro y más duradero y, aunque busquemos resultados rápidos, hay que ser conscientes de los daños que podemos causar a nuestra piel.
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