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Quizá sea la forma de ejercicio más practicada en todo el mundo: es fácil, es económica y…
Quizá sea la forma de ejercicio más practicada en todo el mundo: es fácil, es económica y aporta un bienestar al cuerpo que con otros deportes no obtenemos, pero hay un montón de leyendas urbanas entorno al running que queremos desmentir aquí hoy. ¿Te suenan de algo?
En teoría si, pero hay que estar sano para evitar problemas. Siempre se recomienda hacerse un chequeo médico antes de empezar a correr de forma habitual, ya que podría ser peligroso para las articulaciones en casos de obesidad o podría acarrear lesiones de espalda.
Las agujetas son muy normales cuando aun estamos empezando con esta actividad o llevamos tiempo sin practicarla y, lo sentimos pero, el azúcar no te va a solucionar el dolor post deporte. Sin embargo, tomar medio sobre de azúcar antes de hacer deporte puede ayudar a prevenirlas, aunque lo más efectivo son los estiramientos antes y después del running (o de practicar cualquier ejercicio).
Es fundamental elegir un calzado que estés específicamente diseñado para correr, de lo contrario, tus pies, cadera y espalda pueden sufrir las consecuencias y lesionarse. De igual modo, la ropa que utilizamos para correr también tiene que ser específica de este deporte si quieres optimizar el ejercicio.
Si practicamos este ejercicio para perder peso es imprescindible combinarlo con una dieta equilibrada y unos hábitos saludables en general si queremos obtener resultados efectivos y duraderos.
El deporte no hace daño al cuerpo siempre que se practique correctamente y con la equipación adecuada, además, el running nos ayuda a tonificar los músculos y las articulaciones, haciéndolas más resistentes. Sin embargo, podríamos lesionarnos si se practica mal y nos preocupamos de la cantidad de kilómetros recorridos y no de la calidad. Es un deporte al que hay que añadir la intensidad poco a poco.
Lo único que conseguimos abrigándonos demasiado es sudar en exceso y podemos legar a deshidratarnos, lo que es muy peligroso.