Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·
Tecnología al servicio de la belleza
·

Nutrición

Bye bye efecto rebote: 10 consejos para que tu dieta funcione

Seguro que tú también te lo has preguntado más de una vez, ¿de verdad las dietas funcionan?…

Seguro que tú también te lo has preguntado más de una vez, ¿de verdad las dietas funcionan? Y es que al final la gran mayoría acaban fracasando con el temido efecto rebote: recuperas más kilos de los que has conseguido perder. ¿A qué se debe? ¿Debemos estar conteniéndonos constantemente para mantener la forma?

En realidad, las dietas de adelgazamiento no dependen tanto de lo que comes sino del cómo lo comes (de ahí el éxito de las nuevas disciplinas que aplican el mindfulness a la nutrición). Si consigues asumir unos buenos hábitos e integrarlos en tu rutina diaria conseguirás tener el cuerpo que deseas sin necesidad de estar sujeta a tantas limitaciones. ¿Probamos?

1# Haz cinco comidas y no te las saltes

Aquello de pasar del desayuno a la cena para compensar excesos no funciona. Aunque no seas consciente, el ayuno te pasará factura demandando a tu cerebro comida híper calórica (que terminarás consumiendo sin darte cuenta).

2# No dejes que pasen más de 3-4 horas entre cada ingesta

Es la mejor manera de controlar la ansiedad, al tiempo que activamos el metabolismo y aceleramos la quema de calorías.

3# ¡Date un capricho!

Por ejemplo, durante las reuniones del fin de semana. Es mucho mejor que aceptes ese pedazo de tarta y luego te des un largo paseo al aire libre que convivir con la ansiedad que genera ese “Yo no puedo comer esto”.

4# Dedica un tiempo de calidad a tus comidas

Nada de hacerlo de malas maneras mientras revisas tus emails o ves la tele. Este aceleramiento nos roba el tiempo necesario para paladear cada bocado, sintiéndonos realmente satisfechos, analizando si ya es suficiente y debemos parar o no (algo complicado cuando nos limitamos a engullir sin prestar atención a lo que comemos).

5# Evita la comida precocinada

Repleta de grasas y conservantes, y cocina tus propias recetas. ¿No tienes tiempo? Aparca las excusas y busca un día para preparar el menú de toda la semana. ¡Para eso se inventó el congelador!

6# ¿O todo o nada?

El día que nos sentimos demasiado cansadas para realizar nuestro entrenamiento solemos dejarlo para mejor ocasión, pero entre el blanco y el negro hay una amplia gama de grises: reduce tu rutina fitness, pero no la abandones.

7# Reduce el tamaño de tus platos

Al enfrentarte a una ración más pequeña de forma inconsciente empezarás a comer más despacio, concentrándote en cada mordisco y evitando repetir de forma impulsiva (piensa que nuestro cerebro no detecta la sensación de saciedad hasta 20 minutos después de haber empezado a comer).

8# Los líquidos también cuentan

En tu cómputo de calorías no te saltes los zumos, smoothies y cafés. También tienen calorías (y muchas en algunos casos). Te conviene, sobre todo, evitar el alcohol: solo aporta calorías vacías y daña nuestro aparato digestivo. Si tienes que elegir, mejor una copa de vino.

9# Cuida tu descanso

Está demostrado que dormir 7-8 horas diarias es esencial para mantenernos en buena forma física, así que intenta mantener los ciclos de sueño: acuéstate siempre a la misma hora, no consumas cafeína ni excitantes en las horas previas, “desconéctate” de redes sociales un par de horas antes de irte a la cama, date una ducha relajante…

10# No te obsesiones con el recuento de calorías

A menudo es mucho más importante la calidad de los alimentos que ingieres que la cantidad, así que preocúpate más de incluir buenas materias primas en tu dieta, buscando siempre un equilibrio entre proteínas, fibra, hidratos de carbono, vitaminas y azúcares.