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Cuidado de la piel

15 Errores que cometemos al tomar el sol (y dañan nuestra piel)

Cada vez estamos más concienciadas de la importancia de tomar el sol «con cabeza», usando productos específicos…

Cada vez estamos más concienciadas de la importancia de tomar el sol «con cabeza», usando productos específicos para protegernos de los rayos ultravioleta. Un bronceado soft que dore nuestra piel sin dañarla. Pero, ¿realmente lo hacemos bien? ¿Usamos los productos adecuados dónde y cómo debemos?

Estos son algunos de los errores que cometemos al tomar el sol y que pueden dañar nuestra piel de forma irreversible.

1# Los edificios me protegen

Aunque conocemos los riesgos de la exposición solar, muchas de nosotras nos olvidamos de tomar precauciones en el día a día. Pensamos que en la ciudad el sol es menos peligroso, que poco daño puede hacernos si solo estamos fuera 15 minutos, si vamos por la sombra… Pero las radiaciones son peligrosas durante todo el año y en cualquier lugar. De hecho, las paredes y escaparates de los edificios que en teoría nos protegen pueden reflejarlas y hacer que alcancen nuestra piel. Por lo tanto, no te confíes y usa siempre fotoprotector.

2# Preparar la piel con sesiones de UVA

El paso del suéter a los tirantes y las faldas cortas es desgarrador. ¡Estamos demasiado blancas! Pero es ley de vida y recurrir a las sesiones de UVA para evitarlo puede dañar seriamente nuestra piel. Según los expertos, usar 30 minutos una máquina de bronceado equivale a pasar todo un día tomando el sol en la playa. En consecuencia, los riesgos perjudiciales de la radiación se multiplican.

Si realmente quieres preparar tu piel para el bronceado, toma nota de los siguientes tips:

  • Incorpora en tu dieta frutas y verduras ricas en vitamina C y betacaroteno, como el kiwi, las fresas, la zanahoria o las espinacas. Activarán las defensas naturales de tu piel, acelerando el bronceado.
  • Hazte un peeling profesional para limpiar tu piel a fondo y conseguir un moreno más bonito y uniforme.
  • ¡No seas perezosa! Después de la ducha ponte cada día tu aceite corporal o body milk para evitar que la piel se deshidrate y se vea más expuesta al daño solar.

3# Solo nutricosmética

Si se trata de preparar nuestra piel para la exposición solar, la nutricosmética es un complemento fantástico. Las cápsulas de bronceado nutren nuestra piel desde el interior activando la producción de melanina y proporcionándonos las vitaminas necesarias para evitar la aparición de manchas. Así, consiguen prolongar el efecto dorado sin que se produzca daño celular, pero en ningún caso son un sustituto de los fotoprotectores.

4# Reciclar fotoprotectores

Como cualquier otro cosmético, los protectores tienen fecha de caducidad. No obstante, aunque no se hayan caducado de un año para otro debemos tener en cuenta que han estado expuestos a altas temperaturas y que han podido contaminarse con la arena o con el agua sucia de la piscina. En consecuencia, el efecto de los filtros químicos se diluye y puede perder eficacia. No conviene reutilizarlos.

5# No me protejo porque elimina acné

Otra creencia muy popular que no está exenta de razón. Es cierto que el sol reduce las secreciones sebáceas haciendo que el acné desaparezca durante los primeros días. Pero la radiación también activa la queratinización de la piel, es decir, aumenta su grosor para protegerse de los rayos UVA. En consecuencia, si no usamos fotoprotector puede producirse un efecto rebote haciendo que las impurezas reaparezcan en mayor cantidad.

6# Con la sombrilla es suficiente

¿Por qué voy a usar protector si estoy a cubierto? Si eres de las que se planta a leer debajo de la sobrilla en la piscina o en la playa seguro que lo has pensado más de una vez. Sin embargo, antes de dejar el fotoprotector en casa ten en cuenta que la arena refleja los rayos del sol un 15%, ¡y el césped más de 25%! Tu piel no está tan protegida como crees.

7# El pelo también existe

Y olvidarnos de protegerlo es un gran error. El cuero cabelludo se quema como cualquier otra parte del cuerpo, sobre todo si tenemos un pelo fino y delicado o llevamos una raya muy marcada. Evítalo usando siempre un protector capilar y protegiéndote con un pañuelo o pamela durante las peores horas.

8# Maquillajes con FSP 15

Muchas bases de maquillaje y polvos sueltos tienen FSP 15. Un plus cosmético que, sin embargo, no es suficiente para protegernos del sol. ¿Por qué? La cantidad que nos aplicamos es muy poca como para crear una pantalla eficaz, de modo que los rayos UV penetran a través de los pigmentos alcanzando nuestra piel. Lo ideal es ponernos el fotoprotector y, a continuación, aplicar una base de maquillaje que incluya protección UVA y FPS 50+.

9# Cuidado con los medicamentos

Si estamos siguiendo algún tratamiento médico, no podemos pasarlo por alto a la hora de broncearnos. Algunos fármacos favorecen la fotosensibilización de la piel, es decir, provocan una reacción extrema que puede desencadenar alergias, quemaduras, urticaria… Antes de exponerte a la radiación solar, consulta con tu médico.

10# Nada más llegar a la playa…

Lo mejor es ponernos el protector entre 20 y 30 minutos antes de someternos a la exposición solar, ya que los filtros tardan un tiempo en hacer efecto. Además, ello nos permite aplicárnoslos sin ropa y asegurarnos de que no queda ninguna parte sin proteger. La tela del bañador es demasiado fina y, si pasamos mucho tiempo bajo el sol, la radiación puede penetrar a través del tejido y dañar nuestra piel.

11# Me pongo más morena a la hora de comer

Aunque cada vez nos sabemos mejor la lección, muchas seguimos cayendo en el error de exponernos al sol durante las horas más dañinas. ¿Nos pondremos morenas antes? Para nada. Lo único que conseguiremos es que nuestra piel corra un riesgo innecesario, ya que entre las 2 y las 4 de la tarde los rayos del sol inciden prácticamente en vertical, con una alta intensidad que puede provocar quemaduras o patologías cutáneas.

12# El mismo producto para cara y cuerpo

La piel del cuerpo es más seca que la del rostro, por ello los fotoprotectores corporales son mucho más untuosos y suelen incorporar parafina o aceites vegetales. Si nos lo aplicamos también en la cara nos provocarnos un exceso de grasa innecesario que puede dar lugar a granitos y puntos negros.

13# Olvidar las cicatrices

Si tenemos alguna cicatriz o lesión en la piel debemos protegerla con una pantalla total. De lo contrario, es muy posible que su aspecto empeore e incluso se quede de forma permanente. El sol dificulta la regeneración natural de la piel así que, si la marca es muy reciente, lo mejor es cubrirla con un apósito de papel o tela.

14# En el agua no hace falta

El agua no nos protege del sol. De hecho, está demostrado que a un metro de profundidad, nuestra piel aún está expuesta a un 60% de la radiación. Si pasas mucho tiempo bañándote, lo mejor es que uses un producto water proof para conseguir que la pantalla protectora se mantenga durante más tiempo. En todo caso, lo mejor es que lo renueves al salir del agua.

15# Una vez y basta

¡Para nada! La barrera de protección no es eterna. Es más, dos horas después de la aplicación normalmente ha perdido más del 80% de su efectividad. Si vas a pasar todo un día en la playa renuévala constantemente, sobre todo si te decantas por un producto ligero o en spray.