Nutrición
Dicen que somos lo que comemos… ¿Será verdad? Quizás la afirmación sea un poco exagerada, pero sí…
Dicen que somos lo que comemos… ¿Será verdad? Quizás la afirmación sea un poco exagerada, pero sí es cierto que algunos alimentos mejoran nuestra salud y, por supuesto, la de nuestra piel. En este post te desvelamos los poderes antiaging de 10 alimentos para que los sumes a tu dieta y combatas los signos de la edad de la forma más deliciosa.
Los expertos en nutrición coinciden: una copa de vino tinto al día es esencial para tener una buena salud. Para empezar, porque nos ayuda a relajarnos y es sabido que el estrés es uno de los peores enemigos para la piel. Pero, además, las uvas negras tienen una alta composición en resveratrol, flavonoides y antocianinas, sustancias fitoquímicas de acción antioxidante que nos protegen del paso del tiempo. ¡Brinda por tu belleza!
Un elixir de juventud, siempre que no se incurra en excesos. Los flavonoides que nos aporta una onza de cacao son esenciales para estimular el funcionamiento de los vasos sanguíneos, conservado la flexibilidad de la piel. Como plus, piensa que el chocolate es rico en triptófano, un aminoácido que favorece la producción de serotonina combatiendo la depresión y la ansiedad.
Un cosmético natural que, gracias a sus ácidos grasos, nutre la piel desde el interior retrasando el envejecimiento y la aparición de las arrugas.
Es uno de los pescados más ricos en Omega 3, un ácido graso imprescindible para combatir la flacidez y acelerar la regeneración celular. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y ayuda a retener la humedad, evitando que la piel se reseque.
La fruta estrella en las dietas de adelgazamiento por sus poderes depurativos. Pero su efecto purificador no solo nos ayuda a perder peso, también contribuye a eliminar las toxinas acumuladas, previniendo la aparición de imperfecciones y devolviendo la luminosidad a la piel.
Un clásico de la dieta mediterránea que, precisamente, debe su color al licopeno, un potente antioxidante que protege nuestras células del daño causado por los radicales libres, retrasando los signos de la edad. También nos protegen de los efectos dañinos de los rayos UVA, evitando las rojeces y las manchas en la piel.
Rico en calcio y proteínas, es el alimento perfecto para picar entre horas, ya que proporciona una sensación de saciedad y favorece las digestiones. Más aún, los aminoácidos presentes en este delicioso postre nos ayudan a acabar con las ojeras y las bolsas de los ojos (de ahí que sea habitual su uso en mascarillas faciales).
Fuente natural de colágeno, la proteína que funciona como adhesivo entre los músculos y la piel. Incorpóralo a tu dieta para evitar la flacidez y preservar la firmeza del cutis.
¡La fruta antiarrugas por excelencia! Su alto contenido en vitamina C (casi un 50% más que la naranja) estimula el crecimiento celular, manteniendo la elasticidad de la piel y favoreciendo la producción natural de colágeno.
Ideal para mimar las pieles más secas. Su intenso color naranja corresponde al betacaroteno, un pigmento orgánico que nos ayuda a retrasar los procesos oxidativos de la piel. Además, es un magnífico aliado para broncearse, ya que protege la piel al tiempo que activa la melatonina.