consejos de belleza | Cuidado de la piel
La piel es el órgano que habla, nuestras vivencias y hábitos quedan registrados sobre ella. Por eso…
La piel es el órgano que habla, nuestras vivencias y hábitos quedan registrados sobre ella. Por eso es importante estar atento a cualquier signo que presente para poder actuar en consecuencia y cuidarla como es debido, y así conseguiremos evitar problemas más graves. En las pieles con acné espontáneo, muchas veces pueden prevenirse las causas de forma que la piel consiga mejorar aplicando unos pequeños cambios a nuestros hábitos.
La almohada: por todos es sabido que la piel es un órgano vivo y que, durante las horas de sueño, expulsa el exceso de grasa y se dedica a regenerar los daños ocasionados durante el día. Sin embargo, no solemos caer en la cuenta que ese exceso de suciedad, células muertas y grasa, al final, quedan posados sobre la funda de la almohada. Esto podría llegar a provocar brotes de acné en la piel de tu rostro. Si quieres detectar si este es tu problema, haz un ejercicio de reflexión y piensa de qué lado sueles dormir, y si te salen granitos justo ahí procura lavar las sábanas con más frecuencia y que el ritual de limpieza que realizas tanto por la noche como por la mañana sea estricto y profundo.
No somos conscientes de la cantidad de bases de maquillaje (tanto de baja como de alta gama) que dejan residuos en la piel que quedan posados permanentemente provocando infecciones y brotes de acné. Un truco: encuentra un centro de estética que pueda hacerte un diagnóstico de la superficie de la piel, ¡te sorprenderás!
Si tienes las puntas del pelo abiertas y secas lo que dicta la lógica dicta que lo que hay que hacer es aplicarse un producto que las hidrate, así que vamos al primer supermercado o perfumería que nos encontramos y compramos el más untuoso para que nos hidrate al máximo. En ese momento no nos paramos a pensar en el hecho de que nuestro pelo está en constante contacto con nuestro rostro, y esto provoca que se nos engrase la piel y se nos ensucie, de forma que pueden salirnos molestos granitos en las sienes, en la zona de las patillas y la mandíbula.
Prueba a contar cuántas cosas llenas de gérmenes tocas a lo largo del día (en la oficina, en el metro, en un baño público, en un restaurante…). Y ahora, piensa en cuántas veces te tocas la cara. ¿Sorprendida? Ahora ya sabes la cantidad de suciedad que colocas sobre tu piel sin darte cuenta. Un consejo: lávate las manos todo lo que puedas y evita tocarte la cara.
Muchas veces no tenemos en cuenta que la piel refleja mucho más de lo que nos creemos y puede estar diciéndote con bretes de acné que hay algún alimento que consumes habitualmente que es perjudicial para tu salud. En este caso, deberías consultárselo a tu médico.