Bienestar | consejos de belleza | Cuidado de la piel | Sin categoría
Se tiende a pensar que el sol, la sal, el cloro… Es decir, los hacks del verano,…
Se tiende a pensar que el sol, la sal, el cloro… Es decir, los hacks del verano, son lo que más afectan a nuestra piel. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: nuestra piel y, en concreto, nuestros labios (que son de las zonas más sensibles del rostro), sufren de igual manera en invierno con el frío. Además, en verano solemos protegernos más por miedo a los rayos nocivos del sol, pero muchas veces no caemos en la cuenta de que los rayos UV del sol de invierno son igual de nocivos que los del verano, así que es fundamental aplicarse protector solar a diario.
Junto a este dato, el invierno hace mella en nuestra piel, secándola y deshidratándola, y los labios es la parte de nuestro cuerpo que más sufre las consecuencias porque no estamos acostumbradas a protegerlos y por estar muy expuestos al medio.
¿Quieres saber cuáles son los problemas más frecuentes que sufren nuestros labios para poder prevenirlos? ¡Atenta!
Como ya hemos mencionado, los rayos del sol de invierno tienen la misma fuerza que los del sol de verano, pero invierno no solemos protegernos correctamente. Los expertos recomiendan utilizar bálsamos labiales con protección solar alta a diario.
Nos exfoliamos la piel del rostro una vez por semana, pero ¿qué pasa con los labios? Es común olvidarse de esta zona durante la exfoliación, pero al igual que el resto de la cara o el cuerpo, los labios necesitan quitarse de encima todas las células muertas para poder respirar y mantenerse sanos. Te recomendamos hacerlo con unas mascarilla natural, suave y muy barata que puedes fabricar tú misma: mezcla una cucharada de miel con un poco de azúcar moreno, realiza un ligero masaje sobre los labios y ¡voilà! Pero no te olvides de aplicar después la hidratación pertinente para que estén nutridos, del mismo modo que el resto de tu piel.
Si la deshidratación de tus labios está bastante avanzada es muy normal que se agrieten y se corten llegando a sangrar. La sensación es bastante desagradable y estéticamente no es atractivo. Sin embargo, tiene fácil solución: hidratación, hidratación y más hidratación.
Teniendo en cuenta que en invierno no sudamos como en verano, solemos tender a beber menos agua por sentir menos sed. Este hecho hace que la piel de nuestros labios se vea arrugada y reseca, por eso es fundamental seguir bebiendo dos litros de agua diarios y utilizar la hidratación necesaria que dará a tus labios un aspecto sano y suave.
No olvides que en invierno nuestra piel es más vulnerable.