consejos de belleza | Cuidado de la piel
Ya has salido de casa y estás camino del trabajo cuando caes en la cuenta de que…
Ya has salido de casa y estás camino del trabajo cuando caes en la cuenta de que te has olvidado el móvil. ¡Horror! ¿Qué será de ti después de 8h offline? ¿Caerá en picado tu vida social? Por supuesto que no, pero lo cierto es que la adicción al móvil está cada vez más extendida, tanto como para haberse ganado su propio nombre entre las fobias: nomofobia = no-mobile-phone phobia.
Nos da pánico desconectarnos. Según un estudio, podemos llegar a mirar nuestro smatrphone hasta 150 veces al día. Ahora bien, ¿te has planteado alguna vez las consecuencias que puede tener este “enganche” para tu salud? ¿Y para tu belleza?
Si no es así, toma nota:
El llamado “cuello tecnológico” alude a las frecuentes lesiones cervicales provocadas por esa dependencia constante de la pantalla. ¡Y no es para menos! Al mirar el móvil llegamos a inclinar el cuello más de 60 º, lo que equivale a cargarlo con 27 kg de peso.
Otro daño colateral que suele pasar desapercibido. Al comprobar constantemente nuestras notificaciones (más aún cuando leemos un email) fruncimos ligeramente los ojos para enfocar mejor. Una acción que repetida 150 veces al día no puede por menos que dejar su sello en la piel.
En línea con lo anterior, la era digital va de la mano con la visión borrosa, el picor o el enrojecimiento frecuente de nuestros ojos, ya que los sometemos a un sobreesfuerzo para el que no están preparados (y que puede tener consecuencias irreversibles).
No podemos despegarnos un segundo del teléfono. Lo consultamos mientras comemos, en el transporte público, caminando por la calle… Al final, es inevitable que vaya acumulando microbios y bacterias que pasarán a nuestro rostro cuando hablemos a través de él. Un factor importante para la aparición de impurezas.
Tanto que ya se habla de “insomnio tecnológico”. Usar el móvil antes de irnos a dormir nos altera, haciendo que nos cueste más conciliar el sueño y que disminuya la calidad de nuestro descanso. Como consecuencia, nos despertemos menos vitales, acusando signos de fatiga como bolsas, ojeras y piel mate.
La adicción a las TIC’s también tiene un notable efecto psicológico. Y no es precisamente positivo… Diversos estudios han demostrado que las personas más dependientes del móvil sufren trastornos de ansiedad, depresión, fobia social, problemas de comunicación, etc.